Empeño, carisma, talento. Nada de eso acompañaba al joven Mike en su camino a la fama. Pero la vida es una habitación a la que a veces le podemos abrir las ventanas para que salga la humedad.
Aunque el éxito había llamado a su puerta con su primera película. La morcilla del destino, que es tosca y llena idas y vueltas, le tendría preparada una sorpresa. Las puertas de Hollywood con estruendoso rechinar se abrirían de par en par para que el muchachito entrara en la casa de la gloria y pusiera las patas sobre la mesa ratona de la buenaventura.
“E.T. quiere falopa”. El éxito de taquilla de Steven Spilberg mostró al mundo a un Mike como la estrella del mundo del espectáculo que estaba naciendo.
Otra vez un golpe de suerte. Otra vez la casualidad.
Funky Mike se encontraba recorriendo los estudios de Universal y de pronto la sombra de la tragedia lo cubrió con su manto de impiedad. Pero esta vez, la tragedia seria un luz para la coliflor que crece en los bosques de la existencia. De pronto el joven sintió deseos inconmovibles de ir de cuerpo. Y encontrándose en un set de filmación ambientado como un parque, no privo a sus intestinos de alivianarse detrás de unos arbustitos bajos que se encontraban por ahí.
Con su rostro envuelto en alivio y gozo. Funky Mike fue captado por la cámara que en ese momento filmaba la película del extraterrestre pajero.
“Así, así, así!!!.... ese es el gesto que quería!!!!.... el pibito de atrás entendió perfectamente lo que quiero!!” Exclamó Steven Spielberg. “Esa es la cara, el dramatismo y la nostalgia plasmados en un rostro. Así se hace, manga de forros!!!. Aprendan del muchacho” Intervino tajantemente el director confundiendo la mueca del mancebo que casualmente se encontraba garcando por ahí.
Subalterno del buen arte. Así fue presentado frente al embajador chino Liu Kang, en su gira mundial de estreno de la película. Película en la que Mike fue nominado al oscar como “mejor desempeño intestinal”. Y que desde luego ganaría.
Como muestra de respeto al país de oriente, el neoyorquino de pelo acolchonado, se fue sin dormir al encuentro para mimetizarse con el entorno. Creyendo que teniendo los ojos medianamente cerrados homenajearía a sus anfitriones. Uno de otros tantos errores de diplomacia que cometió Mike en esos importantes eventos. Como por ejemplo comerse un centro de mesa florar con unas baquetas. Confundir en varias y repetidas oportunidades China con Japón. Y lo más bochornoso. Dirigirse al primer mandatario chino con expresiones no muy felices como por ejemplo “convídame un pucho, dragonbol”.
Alimentado por el éxito, abanicado por lo gloria, masajeado por un muchacho nigeriano de dos metros. La vida del Multifacético Mike se dirigía en un camino raudo hacia la inmortalidad. Y fue así que siguiendo un consejo de una figurita que le vino en un chicle bazooka, decidió dar un nuevo giro al timón de su horizonte.
El teatro fue su flamante templo. Bajo la dirección de Alegatic Amour. Un afamado director francés que hacia obras apelotuzadas de Shakespeare. Llego a las marquesinas de los mas importantes teatros del mundo. Desbancando momentáneamente de los primeros puestos en venta de entradas a la obra circunstancial de Sofovich.
“Hamlet en el parque jurasico”. Escrita por el mismo Alegatic después de su visita a Jamaica de donde se comenta volvió mas “inspirado”.
Una de las obras más glorificadas de Shakespeare, modificada para que unos muñecos mecánicos con conchero y Mike hagan vibrar a la platea y a la popular. (Jubilados no pagan).
Para la critica, la obra era una pieza maestra del teatro.
El momento cumbre de la obra. Cuando Funky Mike tomaba los restos fósiles de un dinosaurios y exclamaba “REX O NO REX” hacia caer de culo a las viejas y provocaba el aplauso de una multitud pasmada.
UNA DELICIA. DAME MAS.
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